Calpe es mucho más que un destino de sol y playa. Es uno de esos lugares del Mediterráneo donde la historia, la naturaleza y el mar se encuentran en perfecta armonía. Frente al majestuoso Peñón de Ifach, la vida transcurre entre azules infinitos y una calma que invita a disfrutar sin prisa.
El encanto de Calpe visto desde el agua
Desde Marina Greenwich, el puerto deportivo más cercano al meridiano cero, el litoral de Calpe se convierte en una postal viva. Navegar en kayak o practicar paddle surf por estas aguas cristalinas ofrece una perspectiva única: íntima, silenciosa y profundamente mediterránea.
El Peñón de Ifach, visto desde el mar, domina el horizonte. Sus acantilados y el casco antiguo que se eleva a su lado recuerdan el vínculo eterno entre Calpe y el mar.
Un entorno donde el tiempo se detiene
En las calas del Racó del Corb o el Mascarat, el sonido del oleaje reemplaza al del bullicio. Aquí el tiempo parece ralentizarse. Cada remada o travesía desde La Bocana Sailing Point revela un Mediterráneo puro, sereno y luminoso.
Un mar para reconectar
Explorar Calpe desde el mar es descubrir una nueva forma de viajar: sin prisas, con la brisa como guía y el horizonte como destino. Cada salida es una invitación a reconectar con lo esencial —el sol, el silencio y la sensación de libertad que solo el mar puede ofrecer.
Calpe no solo se visita, se navega. Y en cada ola deja una historia distinta que espera ser contada.